lunes, 26 de marzo de 2012


Criatura intangible, princesa de un reino lejano, 
de un sueño extraviado en las páginas de un libro infantil.
En tu cuello habita todavía el perfume al que encadenaste mi alma aquella mañana de abril...

Hada (Imagen tomada de Internet)

Tu nombre es la llave que abre las puertas de mi inspiración.
Tu rostro, a pesar del paso del tiempo 
sigue siendo el de aquella niña a quien tomé de las manos 
para leer las lineas de su destino, 
anhelando que mi nombre hubiese sido escrito en ellas.

Tus labios dejaron su marca en los míos, 
propiedad de tu boca es desde entonces mi boca.

Michael David Durán