lunes, 23 de noviembre de 2009

Una Oración

Breves pasan las horas de mi vida, entre luces del amanecer y luces del ocaso.

Una oración es todo lo que me queda de aquel fràgil amor que se apareció en mis sueños...

Breves pasan las horas de mi vida, entre luces del amanecer y luces del ocaso.

Una poesía fue lo primero que pude darle a ese delicado amor, una poesía que hoy,

después de tantos años ha quedado suspendida en el silencio de la eternidad...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Mi Nombre






Me sorprendió el tatuaje que descubrí en tu piel

mientras te desnudaba...


Era el símbolo de una mariposa oscura,
desintegrándose en llamas, ardiendo viva.


Era la silueta de un ángel que ha caído en un pecado irremediable,
víctima de una pasión profana.


Era una flor, tal vez un verso en un idioma antiguo,
tribal, primitivo y sagrado.


Me sorprendió el tatuaje que descubrí en tu piel
mientras te desnudaba, 
mientras lo besaba,
tu tatuaje era mi nombre...




Michael David Durán


Derechos de Autor de la Imagen
http://www.luisroyo.com

martes, 27 de octubre de 2009

Siren



SIREN

Ahí estas diosa abandonada,
Desnuda en el milagro de tu soledad.
Allá, donde no te contamina mi mortal mirada,
Gobernando las olas del tiempo, en  una interminable eternidad.


No imaginas que mis ojos han sido tus ojos,
ignorando la vida que se extingue,
la vida que se apaga más allá de tu voz.


Ahí estás, intocable y frágil,
sensual, invulnerable y peligrosa.
Allá, entonando una canción que temo escuchar,
lejos de mi realidad, ahí, simplemente como una diosa.


M. David Durán


lunes, 26 de octubre de 2009

Mitología




Me desnudo para vestirme con tu recuerdo
y todo lo que me quedó de aquel sueño,
aquellos rastros de tu alma que dejaste sobre mi  piel.

Las estrellas ya no lloran su silencio en mi boca,
ya no hay amaneceres fantásticos,
todo aquello es hoy una mitología en este corazón de papel.

Intento seguir tus silencios, aceptar la culpa de mis miedos,
y envenenar todo aquello que alguna vez floreció.

Intento acariciar el eco de tu voz,
y la oración que susurrabas casi dormida.

Me desnudo para vestirme con tu recuerdo,
y todavía siento el peso de tu mano sobre mi mano extendida...

Ahora comprendo que Dios se cansó de darme el tiempo
que cada noche le pedía.

M. David Durán

martes, 20 de octubre de 2009

Desolación



La sombra de mi mano se extiende y te alcanza,
la sombra de mi mano se extiende y te alcanza,
la sombra de mi mano se extiende y te alcanza.

Aunque no comprendas mi maldición,
mis manos y mis ojos sufren, mi alma sufre.

Te has convertido en la palabra impronunciable,
el recuerdo inevitable y el lugar prohibido.

Sigo caminando solo, igual que aquella noche
cuando conjuraste millones de tormentas y tempestades.
Sigo cantando solo, a medianoche, aquella canción oscura que no conoce tu nombre, tu nombre que no olvido...

M. David Durán