domingo, 20 de febrero de 2011

Ángeles Arrepentidos


No traigo el rumor del mar ni la paz del desierto...
Las mariposas amarillas no obedecen a mi voz.
No busco una revolución, ni un ejército que marche a mi lado.
Sólo deseo compartir un eco arrepentido bajo la mirada de Dios.

Un pensamiento que sea transparente, inteligible y natural,
sin pretensiones absurdas de humildad o filantropía.
Un pensamiento que sea murmullo, misterio y confesión,
leve y sensual como un sueño; sólo deseo compartir una poesía.

Tal vez no convocaré a los dioses para ser escuchado,
ni en un holocausto profano elevaré una oración para ser comprendido.
Tal vez no seré aquel héroe que discute con si mismo un fatal monólogo sobre la vida,
pero presiento que algún día cada palabra de éste discurso, tendrá sentido.

No traigo una canción desesperada,
ni mil poemas de amor que son incomprendidos...
Traigo el silencio de una Legión de Ángeles suicidas, solitarios en el abismo,
que no presagian las lágrimas, ni los suspiros, una Legión de Ángeles arrepentidos.

lunes, 7 de febrero de 2011

Alucinación prohibida



Aquella mañana el sol salió por el lugar de siempre,
no hubo señales en el cielo ni profecías en la tierra.
Acudí a mis labores y cuidé mis pasos,
en esta ciudad somos inocentes soldados, indefensos en la guerra.

De repente allí estaba ella, hablando de su vida,
yo miraba por la ventana pero su discurso llamó mi atención,
cuando la miré vi peces multicolores flotando entre sus palabras,
creí estar soñando, habían olas azules brillando en mi alucinación.

El rastro de su perfume en mis sueños es todo lo que ha quedado,
ahora ella no está, se apagó su resplandor en los abismos de mi vida.
Sin embargo, a veces despiertan en mis ojos relampagos de colores,
emociones que vuelan entre las sombras de mis ojos como una alucinación prohibida.