domingo, 20 de febrero de 2011

Ángeles Arrepentidos


No traigo el rumor del mar ni la paz del desierto...
Las mariposas amarillas no obedecen a mi voz.
No busco una revolución, ni un ejército que marche a mi lado.
Sólo deseo compartir un eco arrepentido bajo la mirada de Dios.

Un pensamiento que sea transparente, inteligible y natural,
sin pretensiones absurdas de humildad o filantropía.
Un pensamiento que sea murmullo, misterio y confesión,
leve y sensual como un sueño; sólo deseo compartir una poesía.

Tal vez no convocaré a los dioses para ser escuchado,
ni en un holocausto profano elevaré una oración para ser comprendido.
Tal vez no seré aquel héroe que discute con si mismo un fatal monólogo sobre la vida,
pero presiento que algún día cada palabra de éste discurso, tendrá sentido.

No traigo una canción desesperada,
ni mil poemas de amor que son incomprendidos...
Traigo el silencio de una Legión de Ángeles suicidas, solitarios en el abismo,
que no presagian las lágrimas, ni los suspiros, una Legión de Ángeles arrepentidos.