He despertado de un sueño profundo
que no parecía ser un sueño.
Allí, mi refugio fue una mirada:
aquellos ojos que nunca miré lo suficiente.
Era un hogar nuevo,
donde se conjugaban antiguos paisajes y nuevas emociones
era un hogar imaginario,
donde nacían flores como rayos de Luz.
He despertado, pero traje conmigo una caricia de aquellas manos,
que no parecían ser un sueño.
Y probablemente, también ella en las sombras de sus sueños,
se refleja en mis ojos y escucha mi voz.