domingo, 3 de julio de 2011

Tres Balas


Tres balas en el tambor de la Smith & Wesson no serán suficientes, toda la ira que será descargada será más poderosa que la explosión de la polvora y el impacto de los proyectiles. Gabriel, Lucas y Juan Carlos hoy dejarán de ser parte de la historia, no confesarán su crimen ni tendrán tiempo para pedir perdón a Dios por sus pecados. Siento un poco de angustia, citarlos bajo diferentes pretextos a este lugar de la ciudad no fue fácil, durante muchos meses  planee mi estrategia. Cada uno de ellos sabe quien soy, pero ninguno ha visto mi rostro.

Aunque podría decir que ellos no son culpables, así como tampoco lo soy yo, debo hacer justicia. Con riguroso e impecable criterio jurídico, fiscal y laboral, he conseguido reunirlos. Quedan pocos minutos. Ya escucho sus voces, al otro lado de la puerta, esta oficina que alquilé hace seis meses, se convertirá en patíbulo en pocos segundos. Ninguno de nosotros pronunciará nuevamente el nombre de la mujer que nos une, la mujer que por diez años con cada uno de ellos me engañó.