sábado, 22 de octubre de 2011

Lágrimas Artificiales

Recibí una sugerencia una tarde vacía,
usar lágrimas artificiales,
comprar flores de plástico,
y pasar los días en una jaula de cristal.

La noche llegó y fui a recorrer las calles,
con mis garras afiladas y fauces hambrientas,
víctima de la ansiedad, la sed y la soledad.



El beso que te guardé y que se quedó esperando por tu boca
y las flores que se fueron marchitando,
hoy son el eco de tu silencio.

El exilio habita en mi.
Soy ese sentimiento que has desechado por no ser útil.

No hubo lágrimas artificiales, ni flores de plástico,
no hubo otra canción para enviarte en la medianoche.

Nadie preguntará por mi sombra,
nadie extrañará mi voz.
Aquel paraíso donde fui el Diablo,
hoy en este solitario infierno, se lo dejo a Dios.

Michael David Durán

Fotografía tomada de Internet